Desde la publicación del último Informe de Estabilidad Financiera (IEF), la actividad económica mundial continuó creciendo, aunque a un ritmo menor al previsto y de manera menos uniforme entre países. Además, la incertidumbre a nivel global se ha mantenido elevada, resultado principalmente de los riesgos a la baja que implican las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, mientras que la normalización monetaria de la Reserva Federal ha significado unas condiciones financieras internacionales más ajustadas para los países emergentes. En este escenario mundial, la previsión de crecimiento global se corrigió de 3,9% a 3,7%, tanto para el 2018 como para el 2019. Entre las economías avanzadas, Estados Unidos ha seguido mostrando un buen dinamismo, mientras que el crecimiento de la Eurozona se ha moderado en los últimos meses. Entre las economías emergentes, se destaca el debilitamiento de las economías de la región, sobretodo el deterioro significativo de la economía argentina, que se ha traducido en una apreciación real del guaraní, afectando principalmente al comercio fronterizo de Paraguay. En este contexto, las proyecciones de crecimiento del indicador de socios comerciales son menos favorables respecto al reportado en el informe anterior. Por otra parte, la Reserva Federal ha continuado con su proceso de normalización monetaria en los últimos meses, y se espera que esto persista hacia finales de año e incluso se extienda al 2019. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro también han aumentado, tanto de Estados Unidos como de las economías emergentes. Asimismo, esto se ha traducido en un fortalecimiento de la moneda estadounidense tanto a nivel global como regional.